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Bogotá D.C. 27 de enero de 2017
Las cuentas de Twitter pueden resultar muy atractivas para los delincuentes informáticos, más cuando acostumbras a participar activamente en cualquier tipo de tendencia o discusión, pero sobre todo cuando eres una figura pública, entre ayer y hoy una de las noticias más mencionadas es el hackeo de la cuenta de nada más que la Ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, por supuesto ha dado mucho de qué hablar al tratarse de una persona que compone el gabinete de un gobierno.
Por supuesto llama la atención que siendo ministra de seguridad haya sido víctima de un ataque cibernético pero nos deja en evidencia la vulnerabilidad a la que estamos expuestos todos aquellos que no contamos con contraseñas poco seguras, es decir que son muy fáciles de descubrir, basados en trabajos de ingeniería social, el conocer y analizar la información y comportamiento de los usuarios.
Para el caso de Twitter, si bien existe la conocida opción de “olvide mi contraseña” está en muchos casos queda sin utilidad cuando tu cuenta está en manos de delincuentes, pues estos acostumbran a realizar un cambio total de la información de las cuentas de modo que el usuario no tenga forma de recuperar la cuenta, sin embargo la compañía cuenta con un portal de centro de ayuda en donde el afectado ingresa su nombre, usuario, correo y una breve explicación de los hechos, de modo que el grupo encargado realice un análisis del comportamiento y cambios en el perfil, en caso de encontrar anomalías solicitan al usuario validar su identidad y de ese modo retornar la cuenta a su propietario.
Este proceso lo puedes realizar ingresando a https://support.twitter.com/forms/hacked no está de más recordarte la importancia que tiene el contar con contraseñas seguras, es decir aquellas que incluyan, letras, números y signos, preferiblemente que no coincidan con fechas de nacimiento o números telefónicos, además de no dejarlas escritas en notas o papeles visibles o dejarlas abiertas en dispositivos a los que tienen acceso otras personas.
Fuente: La Nación.