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Los retos de la tecnología: CIBERSEGURIDAD

Bogotá D.C., enero 12 de 2016.

La Ciberseguridad ha tomado fuerza en los últimos años y es así como en algunos países se convierte en la prioridad para 2016; para España los diferentes ataques de seguridad han dejado gran enseñanza en cuanto a la protección de los datos y sus medios.

En la legislatura que comienza España debe de afrontar una serie de retos que conciernen a su seguridad. Unos, debe de afrontarlos de forma inmediata y otros requieren una estrategia de afrontamiento a medio y largo plazo. De lo que no cabe duda es que esos desafíos a la seguridad y estabilidad están ahí y no se pueden obviar.

El desafío más inmediato a la estabilidad del estado y por lo tanto a la sociedad española viene heredado de la anterior legislatura. La amenaza separatista promovida por algunos políticos de Cataluña, pone en riesgo la integridad territorial de la patria y por lo tanto supone un factor de ruptura en la convivencia de los españoles tal y como se ha entendido hasta ahora desde la aprobación de la Constitución del 78.

Las medidas a adoptar dependerán de la idea de estado y organización territorial que tenga el gobierno que asuma la responsabilidad de dirigir España. En todo caso, será necesaria una fuerte estabilidad política del gobierno y de los partidos de la oposición apuntando todos en la misma dirección para minimizar enfrentamientos intestinos y ofrecer un frente común a los separatistas. De seguir como estamos en nuestro modelo territorial o cambiarlo dependerá de quien ostente el poder político.

La seguridad lo es todo, sin ella nada funciona, no caben proyectos de futuro si no hay seguridad. Por ello, la estabilidad y desarrollo económico es otro reto a conseguir que afecte directamente a la seguridad.

La dependencia energética respecto del exterior es un punto débil en nuestra estrategia de seguridad. España no posee ricos yacimientos de petróleo o gas y por lo tanto depende de otros países para su abastecimiento. Si a esto le añadimos que esos recursos se encuentran en zonas geográficas generalmente en conflicto, se puede deducir que nuestra seguridad energética, al igual que la del resto de países de la Unión Europea, puede verse amenazada en cualquier momento.

La opción de cerrar las minas de carbón y el rechazo absoluto a la energía nuclear, coloca a España en una situación difícil para ir progresivamente deshaciéndose de esa fuente de alimentación energética conflictiva y volátil.

Consecuencia de seguir siendo dependientes del petróleo y su consumo, es la amenaza del cambio climático. Esta es una amenaza global, mundial y por ello la opción por energías limpias es necesaria. En el caso de España no solo necesaria sino conveniente.

Tenemos sol, tenemos viento y una inmensidad de costas para aprovechar las energías marinas. España es puntera en el desarrollo de energías renovables. Aquí partimos con ventaja. Una apuesta decida por ellas, mejorando su eficiencia pudiera contribuir a una mayor seguridad energética y al ahorro de la cuenta de gastos tan elevada que supone la importación crudo y gas.

Quizás también haciendo uso de las nuevas tecnologías en desarrollo se pueda conseguir un consumo limpio del carbón. Aquí también somos de los pioneros. Los centros de investigación mundial cuentan con una sede en el Bierzo. Como dice un alcalde peleón y buena gente de nuestra tierra: El carbón no ha muerto, la vida da muchas vueltas. ¡Ojalá!

La ciberseguridad se revela como algo cada vez más necesario. La informatización de todos los procesos, la tendencia a hacer desaparecer el papel como instrumento de trabajo o simplemente el ocio, están metidos en una caja de Pandora que puede traernos todos los demonios conocidos y por conocer como no se establezcan las imprescindibles medidas de seguridad.

La digitalización, la constante creación de espacios virtuales, Internet, son factores de desarrollo en todos los campos de la vida humana. Prácticamente todos los continentes tienen a sus ciudadanos conectados.

Los ataques a las infraestructuras críticas como centrales nucleares, centros de tratamiento de agua o incluso agencias de seguridad nacional cada vez son más frecuentes.

Hackers, empresas de la competencia o estados gamberros, amenazan y atacan los sistemas de seguridad de otros estados u empresas. La propiedad intelectual, las patentes y sistemas de defensa están en el punto de mira.

Ciberguerra o ciberataque son términos muy presentes ya en el ámbito de la defensa nacional. España ocupa el noveno puesto a nivel mundial en cuanto al nivel de compromiso con la ciberseguridad. España no tiene capacidad por sí sola para afrontar este tipo de amenazas que requiere de la colaboración de nuestros aliados. Fortalecer y desarrollar estrategias de ciberseguridad es otro de los retos que se deberá afrontar sin dilación.

Junto a los retos de seguridad señalados, se encuentran los ya conocidos como el terrorismo internacional, crimen organizado y en definitiva todos aquellos que la Unión Europea recoge en su estrategia de seguridad. España debe cumplir con su parte y asumir de forma efectiva sus compromisos tanto en seguridad exterior como interior. España tiene que valorar si gasta lo suficiente en seguridad o no y a partir de ahí tomar una decisión. No somos especialmente generosos con nosotros mismos en este campo y las amenazas son muchas. El Estado de derecho requiere firmeza en su defensa y para ello son necesarios medios contundentes.

En España saben que la ciberseguridad tiene que ser una de sus prioridades para así convertirse en su mayor tesoro en la defensa nacional. Es por esto que seguirán utilizando los recursos económicos por parte de terceros y ellos lograr fortalecer la ciberseguridad en 2016.

Fuente: Diario de León.es