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Bogotá D.C. mayo 16 de 2016.
Las redes sociales son un juego sin reglas donde a diario niños, jóvenes, adultos encuentran un escape a la realidad que están viviendo, dejando sus más íntimos secretos al descubierto de los múltiples seguidores. Especialistas alertan sobre los peligros que encierra el uso de las redes sociales por parte de los chicos, quienes quedan a merced de los pedófilos y organizaciones de trata.
El abogado Daniel Monastersky, uno de los mayores especialistas en delitos informáticos de la Argentina, no para de repetir en cualquier lugar que resulta urgente tomar conciencia real sobre los peligros en la utilización de internet en general y redes sociales en particular por chicas y chicos, menores de edad.
La sombra de la presencia de adultos pedófilos y redes de trata es apenas una parte de la problemática, que ahora impacta con casos de niñas que desde los 7 años ya practican el denominado «sexting», una modalidad para compartir fotos personales en poses eróticas y semidesnudas.
«El sexting debe ser tomado en serio por la sociedad. Hablo con mucha gente, de todos los sectores sociales, y recibo la misma información, ya que los niños tienen acceso total a internet, y allí está absolutamente naturalizada la exposición erótica y hasta pornográfica, muchas veces mediante el accionar de adultos que manipulan, coaccionan y hasta obligan mediante amenazas a los usuarios menores de edad a tomarse fotografías. Es muy grave lo que viene ocurriendo. Tenemos que comenzar a trabajar ya para generar prevención», dijo Monastersky, titular del programa Identidad Robada.
El «sexting» es una práctica arraigada entre jóvenes del mundo entero en la que comparten fotos íntimas, semidesnudos, con actitudes sugerentes. Días pasados, el periódico inglés «The Times» publicó un informe explicando cómo niñas y niños en edad escolar, algunos de tan sólo siete años, son víctimas de la peligrosa «moda».
«Lamentablemente, aún no tomamos verdadera conciencia sobre los peligros concretos y reales de la utilización de redes sociales por chicos menores de edad. Ya es algo normal que manden fotos, o videos, que tienen un anclaje erótico. Hace poco, un periodista muy conocido me llamó preocupado porque su hijita de 4 años ya manejaba el teléfono celular, la tablet y otros dispositivos informáticos, entonces pedía consejos para protegerla, porque tenía miedo», contó el abogado, profesor titular de Derecho Informático.
En medio de la reflexión sobre el problema, Monastersky sostuvo que «hay avances positivos, por ejemplo la aplicación YouTube desarrolló un espacio exclusivo para menores de edad (se llama YouTube Kids), entonces allí funcionan mucho mejor los filtros y controles, aunque la realidad es que hay muchísimo por hacer aún».
«Las redes sociales, los juegos en línea, y otras aplicaciones, son herramientas que utilizan los pedófilos o las redes de trata para captar víctimas. Y allí andan solos nuestros niños. Para ellos es muy fácil tomarse una imagen, guardarla en el dispositivo y enviarla a algún contacto. Lo hacen en segundos, probablemente con los padres en la habitación de al lado, pero jamás se entera. Los niños no tienen la madurez suficiente para desconfiar de la persona con quien están chateando. Creen que es un par, otro niño, cuando puede haber un adulto perverso del otro lado simulando», explicó el abogado.
En Inglaterra, una encuesta realizada entre más de 1.300 profesores reveló que alumnos de colegios de secundaria, y también de primaria, emplean con frecuencia las redes sociales y sus aplicaciones para chantajear o abusar de compañeros de clase. En uno de los casos citados por el periódico británico, una adolescente de 14 años persuadió a un niño para que éste fotografiara sus genitales y compartiera la imagen, que luego circuló por las redes.
«En Argentina tenemos un proceso similar. Es masiva la utilización de equipos informáticos y redes sociales por parte de menores. Es necesario que el Estado intervenga, sumando a colegios y familias. Se requiere de campañas informativas que enseñen a utilizar internet a los chicos y que sus familias estén prevenidas. No dejamos a un niño caminar solito en una calle oscura, pero sí los dejamos solitos en internet, que es mucho peor», finalizó Monastersky.
Piden una Defensoría del Internauta
Hace varios años que estamos pidiendo al Estado que intervenga en las problemáticas relacionadas a internet y usuarios. Tenemos un proyecto para crear la figura de la Defensoría del Internauta, con personal capacitado para brindar asesoramiento y un número telefónico donde la gente pueda pedir ayuda. Es muchísimo lo que podemos hacer para que la sociedad esté más prevenida.
Hay episodios que terminan con abusos sexuales o raptos, y que tuvieron su inicio en chateos por redes sociales. Tenemos la Ley de Grooming, para combatir el acoso a menores por internet, pero faltan herramientas más efectivas. Confío en que se realicen cambios y trabajemos para proteger a la ciudadanía de la delincuencia informática, dijo Daniel Monastersky.
No estamos jugando por Fernando Fontan
«Sólo estamos jugando» es una de las frases que recopiló Micaela. Frases que le decía su progenitor mientras abusaba de ella. Una amiga trajo una consulta. Una nena le había mandado unas fotos de su cuerpo a un nene, que supuestamente es su novio, que se encargó de difundir las imágenes entre otros niños y adultos. Digo nena y nene porque no pasan los 11 años. Caso muy frecuente, más de lo que muchos creen. La pregunta era ¿qué hacer con la nena?
Yo pensé, primero: ¿Qué hacer con un nene que se cree con el derecho de violar la privacidad de alguien que no eligió que su imagen se difundiera? Triunfo del patriarcado, pensé también. Mucho para hablar con el pibe.
Segundo: Indagar sobre la autoestima de la nena, no debe estar pasándola bien como para llegar a exponer su intimidad de ese modo. Mucho para hablar con la piba.
Tercero (y más grave): Muchos adultos se pasaban las fotos de la nena. Revictimizándola, y rozando la pedofilia. Pienso después: el abuso sexual infantil es sexual para el adulto. Para los niños es una tortura, un trauma que permanecerá latente, difícil de sanar. Y me vuelve la frase del progenitor de Micaela: «solo estamos jugando».
Y así comienza el vínculo. Como un juego, luego la transmisión de la complicidad y de la culpa. La vergüenza deja a los niños en condición de inferioridad frente a su acosador. Los métodos son de los más comunes.
Facebook, cualquier otra red social o WhatsApp. Los acosadores comienzan un contacto lúdico, incluso muchas veces paternal y protector. Ese juego termina muchas veces en abuso. Las otras en hostigamiento, humillaciones y un gran daño en la psiquis del menor.
«Solo estamos jugando» o «¿Qué hacer con la nena»? retumban una y otra vez por mi cabeza. El abordaje de la sexualidad con los niños es complejo pero necesario. Es vital que en las familias se hable, se evite naturalizar todas las conductas sexuales violentas que se transmiten a toda hora por todos los canales.
O el exceso de sexualidad que circula por la internet. No es un descubrimiento mío que los niños necesitan acompañamiento, que no se los puede dejar navegar solos en ese peligroso mar de contenidos sexuales patriarcales y violentos.
Es importante que los que trabajamos en escuelas o con niños, estemos atentos, escribamos actas, y hagamos denuncias ante cualquier testimonio de un menor. Micaela encontró una pequeña salida en la escuela. Ahí la escucharon, ahí la acompañaron.
No es solo importante que las personas vinculadas a colegios y escuelas estén al tanto de las denuncias o historias de los niños, sino que cada uno de los adultos que rodean a los menores estén alerta a cualquier acción que puedan tener los niños en el manejo e interacción que tienen con la internet.
La seguridad de nuestros niños depende de cada uno de nosotros y el compromiso es mayor, porque el peligro se puede encontrar en la misma casa a tan solo una pantalla de distancia. Tomar las medidas de ciberseguridad adecuadas ayudarán a proteger a los menores de edad vulnerables en la red.
Fuente: Diario Popular